Despierto de repente, aunque ya habíamos apagado la vela que
iluminó nuestra noche, logro divisar los rasgos de tu cara gracias a la luces
del amanecer que penetran las cortinas de nuestro lugar, entonces, me quedo
inmóvil velando tu sueño, observando tus ojos gigantes y contemplando tu
humanidad. Pienso en tu vida, antes tan desconocida, y me convenzo de que eres
un guerrero, es que el destino no pondría en mi camino a cualquier persona, la
vida supo encontrarme con el mejor.
Observo tus manos y no dejo de adorarlas, en silencio pienso
“bendice la mano que empuña esta pluma”,
ahora me doy cuenta que esa frase queda corta, no se trata de la escritura, se
trata de la pintura, las caricias, las soluciones a los desperfectos hogareños,
las cosquillas y todo lo que esas manos son capaces de crear. No puedo parar de
contemplarlas, de acariciarlas y besarlas, de significarlas en un abrazo
furtivo y una caricia inesperada, de adorarlas por darle sentido a nuestra
cotidianidad tan poco cotidiana.
Decido bajar a inventar el amor a la cocina, al encontrar el
tesoro en el refrigerador, subo feliz a compartirlo contigo, te hablo
suavemente para que el despertar sea armonioso, respondes que no estás
despierto, que sigues dormido, quedo perpleja, rio y decido volver a acostarme
a tu lado para compartir la locura, para seguir soñando juntos, para seguir queriendo
todo lo nuestro.
Ahora pienso en mis gestos y actitudes y no logro
comprender, no logro reconocer a la que antes habitaba en mi, entonces
proceso la información y decido que ésta, la que ahora te escribe, es la que
ambos hemos creado, la que ambos queremos y ambos valoramos. Creo que sucede lo
mismo contigo, y cómo no valorar al hombre que me hace reír a destajo mientras me
invade con cosquillas, que me conquista con sus letras y me asombra con su
capacidad creadora, al que me besa en la frente antes de dormir, al que sin
querer encontré caminando y comenzó a caminar a mi lado…
Qué lindo caminar al lado de alguien, no más atrás o más adelante... Que continúe ese objetivo... ¡Un abrazo!
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