jueves, 20 de septiembre de 2012

Fin


Ya no le tengo miedo al fin, porque el fin es éste. He acabado con mi principal enemigo, pero quedo vacía; sin espera, sin vuelos y sin recuerdos. De pronto es mejor así, cuando la esperanza se vuelve prostituta, cuando se vende al mejor postor, cuando me obligó a resistir hasta ahora. El final ha finalizado

¡Que se quiebren las máscaras y se baje el telón!

viernes, 14 de septiembre de 2012

Máximo

Mientras me siento a escribirle al olvido y me inundo en letras vacías creyendo y asegurando que jamás dolió tanto; Máximo, el más maravilloso, duerme sobre mis pies, haciéndome saber que ahora hay mucho más, recordándome por qué sigo dándole cara a esta nefasta realidad.

Miro hacia atrás y evoco los amores: La carita de Kathrina al verme llegar al hogar, la sonrisa de mi Isidorita y sus ojos grandotes, el nacimiento de Cristóbal que lo cambió todo, la suavidad de las manos de mi abuelita, las metas, los sueños infantiles, las risas desesperadas con mi prima Valentina, el amor por los compañeros (amigos y amores) que de momento están lejos; porque a los poderosos les estorban los salvajes, los libres, los puros, los que aman de verdad. Recuerdo cuanto odio la falsedad y el engaño, los males propios e impropios.

Entonces, todo tiene sentido, vale la pena seguir en ésta, vale la pena dejar de escribir para jugar con Máximo, de modo que él sienta que me importa, que lo quiero, que encontrarlo en la calle fue un llamado de atención, un reclamo a vivir la vida bonita, el regaloneo y el cariño sin límites. Porque como dijo el niño de la selva: "Si la vida es alegría, debemos dejar de morir"

martes, 11 de septiembre de 2012

Pétalo


He estado horas torturándome, convenciéndome de que fui yo quién erró primero, justificándote, esperando que vuelvas, intentando tener el coraje para expresar todo lo que siento en éste momento. Pero es imposible, aunque sé que no es cierto, me he convencido de que yo me equivoqué y que todo el dolor ha sido consecuencia de mis actos…

Sé que no habrán más textos, más noches de vuelo, más sueños ni promesas de cariño eterno. Sé que las palabras dejaron de ser nuestras y que definitivamente nunca fuimos infinitos, que todo perdió el sentido y que a pesar de los innumerables esfuerzos por recuperar algo de lo que hubo, nada será suficiente. Y es que de pronto he comenzado a dudar incluso de las certezas que tenía con respecto a lo nuestro…

Y quizás eso sea verdad y todo es falso, pero no es tan fácil como enunciarlo y asumirlo, porque en esto, en lo “nuestro” he puesto más coraje y amor que en cualquier cosa. Porque hacer realidad las promesas se ha convertido en mi lucha personal, porque esperar a que vuelvas ya es parte de mi rutina. Y allí está mi miedo, temo tener tanto coraje como para cortar de raíz con todo, porque aunque suene miserable, temo que después de eso me habite la nada, entonces, prefiero incluso conformarme esperándote, para no quedar vacía, para no extirparme a mí misma, para sentir, aunque sea pena…

Porque todo ya está hecho, porque no hay vuelta atrás, sólo hay dos opciones; la verdad o la verdad. Y mi verdad, es que por ahora prefiero ser cobarde y seguir esperando a que vuelvas a pedir perdón, aunque no lo sientas, aunque no te duela, aunque no te importe. Porque me niego al vacío y me niego a tu ausencia definitiva, porque me condicioné, porque me acostumbré, porque sea como sea… eres lo que más quiero.-