domingo, 30 de diciembre de 2012

Bitácora de viaje 2


El viaje terminó antes de lo esperado, últimamente todo está terminando muy de pronto, tanto así que la vida no me da tiempo para respirar y tomar un nuevo impulso, para emprender otra vez el vuelo hacia un confín distinto, hacia un futuro mejor, hacia la esperanza misma de volver a sonreír de verdad, con el corazón y la nariz, con el pecho y los pómulos enardecidos.

No alcancé siquiera a llamar para contarte que en ese lugar no corría viento norte y que el sol no se escondía en la playa, de modo que me ayudaras a resolver ese conflicto. De verdad quería llamarte y contarte eso, si fuiste capaz de aprehender la clasificación de las nubes tan rápido, estaba  segura que me ayudarías a descubrir por qué el sol no se escondía en el mar…

De vuelta a la asquerosa capital, inventé una respuesta bastante poco científica, pero creo que el sol debe alejarse del mar a veces, es una injusticia que la luna y él coqueteen tantas noches, es injusto que las estrellas también le hagan guiños al mar. Es injusto que el mar sea tan incondicional para todos y que todos lo dejen de vez en cuando. Yo creo que el mar le explicó eso al sol y el sol se molestó un poco, él jamás pensó que alguien podría cometer tamaña osadía con el astro rey, pero así fue, estoy segura.

Entonces, decidí también que el mar seguiría siendo mi lugar favorito, porque es como yo, inmenso e inesperado, furioso y calmo, todo y nada, hoy solo existe una diferencia: TODO AHORA O NADA PARA SIEMPRE

Espero que tu, querido sol logres comprender a éste mar que hoy desea que vuelvas a esconderte tras él, espero que tu, querido sol  vuelvas a ponerte junto a mí. Espero volver a verte, a verte sonreír junto a mí.
El viaje se detuvo, pero no acabó,  lo emprenderé nuevamente cuando decidamos que hacer con nosotros, con la complicidad y las ganas, espero poder ser tan inmensa como el par para comprender al cambiante sol, deseo ser tan incondicional como lo prometí.

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