Yo a ti te adoro por ese son porteño que tantas sonrisas le ha regalado a mi rostro, por ese compás tambaleante entre lo habitual y lo desconocido que deja en jaque mis jugadas más planificadas, por esa certeza al hablar que me estremece cada vez que escucho tu voz, por las llamadas a media noche confesando que al puerto le hace falta una loca y que en tu cama sobra un espacio.
Yo a ti te adoro por esa mirada impenetrable de un pasado adolorido que hoy me pena, por esa complicidad en cada gesto, por esa sonrisa que me alienta a seguir luchando, por esa fortaleza que me dice al oído que no deje de hacer lo que amo, por esas mañanas eternas en las que el enemigo es más común que nunca.
Yo a ti te adoro por esas noches que están por venir, por esas conversaciones que nos faltan, por los momentos que pronto llegarán.
Yo a ti te adoro, porque en la simpleza del saber que existes se valida mi más valioso tesoro, yo te adoro, porque no adorarte sería una sensatez que mi locura reprocharía, y porque quiero vivir en la locura de lo prohibido, en la locura de lo difícil, en la locura de lo común...
Una mujer que ama al puerto como tu lo haces no deberia estar alejado de el.
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