martes, 15 de junio de 2010

Siempre es lo que más tarda

Siento que he sentido tan poco, y me queda tan poco para seguir sintiendo que el tiempo juega en contra, hay mucho por hacer y sentir, en muy poco. Y tampoco estoy segura de tener la disposición de recuperar mi tiempo perdido en mis experiencias no vívidas; en esa primera vez en la que sólo existió su mirada, en caminar por la calle siendo más que dos, en sentirme realmente apoyada, en reír a carcajadas por nuestra felicidad, en que cuando está el otro no hay nadie más, y en todas esas cosas que jamás viví, y al parecer ya es muy tarde para vivir.

Lo que más vale la pena siempre es lo que más tarda” un día tuve el coraje de decir mi frase célebre al oído de un personaje conocido, y al parecer me maldije al instante, porque aunque no lo quiera, aún sigo esperando lo que vale la pena, resignada en que tardará. Y si quizás un día todo suceda y sea precioso, algo así como la envidia universal, y las mariposas y la música de fondo, pero ya lo he soñado tanto que cuando suceda no me daré cuenta.

Quizás las lamentaciones de esta muchacha suenen tristes y desconsoladas, pero más bien reflejan la concreción de mi eterno miedo, ese miedo a quedarme sola, a ser utilizada; así como se lo comenté al mismo personaje mientras viajábamos rumbo a no vernos. De modo qué, no gastaré más tiempo pensando en qué tengo que recuperar lo que nunca tuve, y tampoco me conformaré con lo que tengo, ¿entonces?

Sí, entonces seguiré perdida en el pasado mientras el presente se me escapa de las manos, la historia del Imperio romano es más auspiciosa que la novela de una muchacha con miedo a quedar sola.

1 comentario:

  1. Es ridículo lo que me pasa cuando me toca leer algo acá y querer comentar las entradas; me consume un miedo que sólo acá me ocurre: miedo a no ser lo suficientemente correcto, políticamente hablando, y me da entre pudor y vergüenza escribirte algo, y decirlo como a mi me gustaría decirlo, o como habitualmente lo haría con otro que me llega a doler la guata de pensar en responderte. ¿Tonto no?

    Esta semana para mi ha sido mucho de lo que se dice acá, pero no por el miedo a la soledad sino por el miedo a perderme en el recuerdo; recuerdo de tantas cosas y de tanta gente que ya no está, aún cuando existe en este plano real que compartimos tú y yo, y es cuando me pregunto si es necesario darse de azotes y seguir arrastrando esa suerte de lastre mental y emocional...

    Si piensas que te queda tan poco por seguir sintiendo ¿Qué es lo que podría esperar una mujer tan preparada como se vé, para comenzar a sentir el tiempo que falta?

    Y aunque no sirva de absolutamente nada te digo, que no tengas miedo a sentirte sola, pues habemos muchos que empatizamos contigo y hasta te han agarrado cariño, sin conocer más que estas palabras, cada cierto tiempo.

    La verdad desconozco tu presente, más aún tu pasado y mucho menos quien eres más allá de esto. Toma esto como la respuesta de una prueba, ubicada en el micro contexto que es esta entrada de un blog que todo lo dice, sin querer decir mucho

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