Deseo mirarte cada noche antes de dormir; vivir una y otra
vez la maravillosa sensación de que no nos hemos equivocado, que la vida sabía
que nuestros caminos debían juntarse, porque entre las caricias y los besos
siempre hay un espacio para el pensamiento y la crítica, para nuestras ganas
inmensas de cambiarlo todo, de ser cada día más íntegros, de ver arder a
nuestros enemigos, de defender a nuestra manada con uñas y dientes. Deseo
nombrar esta chispita que me lleva a contemplarte horas enteras, deseo sentir
cada mañana el mismo ardor en el pecho al verte dormir a mi lado.
Deseo no limitar, ni
definir, pero si nombrar, con todas sus letras el sentimiento que impera en mi
cuerpo entero. Deseo aseverar que sé cómo se llama, pero temo ensuciarlo. Y
bueno, nuestro fuego lo limpia todo y no me permito limitar mis sentimientos,
los mismos que me abren el pecho y en la fuga gritan: ¡Es amor! ¡Es amor!
¡Qué va! No hay tiempos,
ni momentos, aquí es siempre, aquí
siempre es posible, aquí sentimos de verdad. Y bueno sí, es amor, pero no es
cualquier amor. Este es un amor loco y puro, amor que no se conforma con
sentirse y escribirse, que quiere desnudarse y gritarse, explorarse y
convertirse en fuego, para encender mi mirada en la tuya, para seguir haciendo
lo que nos llena, para seguir complementándonos en el caminar, dándole ritmo a
nuestros pasos y haciendo de este viaje juntos una aventura maravillosa.
Deseo dar muchísimos
pasos a tu lado, crecer cada día más, amarte en lo simple y en lo complejo,
crear caminos donde todos ven ruinas. Deseo que el mundo completo sepa –aunque jamás
me haya importado- que soy la mujer más plena y feliz del mundo, porque a mi
lado camina el compañero más leal e íntegro, porque él llena todos los
espacios, porque vino a cambiarlo todo, a subvertirlo todo, a enamorarlo todo.
Mi ser por completo ama tu existencia cariño.-